Tratado Mundial contra Pandemias: un nuevo capítulo en la gobernanza sanitaria global
El 16 de abril de 2025, más de 190 países miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) aprobaron un tratado histórico que redefine la cooperación global frente a futuras pandemias. Este nuevo acuerdo busca garantizar una respuesta internacional coordinada y equitativa, y plantea nuevas reglas para la distribución de recursos críticos como medicamentos, vacunas, diagnósticos y equipos de laboratorio. Su implementación podría transformar la forma en que países como México se preparan ante emergencias sanitarias.
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¿Por qué es relevante este tratado? La pandemia de COVID-19 dejó en evidencia profundas desigualdades en el acceso a recursos médicos. Países con menos poder adquisitivo, incluyendo muchos en América Latina, enfrentaron dificultades para obtener vacunas, pruebas diagnósticas y equipos médicos. Este tratado busca evitar que se repita esa situación.
Entre sus pilares se encuentra el compromiso de los países firmantes a colaborar en la vigilancia epidemiológica, compartir información y evitar el acaparamiento de insumos esenciales. Además, impone obligaciones para que los países desarrolladores compartan un porcentaje de los productos sanitarios que obtienen de patógenos de interés global.
El tratado contempla la creación de una red internacional de suministro de medicamentos, vacunas, reactivos y dispositivos. Esto podría facilitar la participación de empresas mexicanas dedicadas a la venta de equipos de laboratorio en Monterrey y otras ciudades industriales clave.
Asimismo, se reconoce la necesidad de contar con sistemas logísticos eficientes y aliados confiables para la distribución de material de laboratorio en zonas más vulnerables del país, lo que podría fortalecer la infraestructura sanitaria nacional.
México, como firmante, deberá adaptar sus marcos regulatorios y su capacidad operativa para cumplir con los estándares internacionales del tratado. Esto incluye:
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Fortalecer la vigilancia epidemiológica.
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Ampliar el acceso a diagnóstico rápido y oportuno.
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Garantizar el mantenimiento de equipos científicos esenciales en hospitales y laboratorios.
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Establecer reservas estratégicas de insumos en colaboración con proveedores de insumos para laboratorio clínico.
Este tratado no solo es una herramienta sanitaria, sino también un instrumento político. Establece mecanismos de equidad, transparencia y solidaridad que podrían beneficiar especialmente a las regiones con menos acceso a innovación. Para México, representa una oportunidad de posicionarse como un actor relevante en la seguridad sanitaria internacional.
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